El curioso caso de los logos de animales que desaparecieron

La historia de Peter y la desaparición de los logos de animales.

Eran las 7:32 am y Peter se levantaba finalmente de la cama tras apagar por enésima vez el despertador del móvil, programado en periodos de veintidós minutos desde las 6:32 am. Bajó las escaleras de su habitación, se duchó, vistió, desayunó media tostada, un café y se fumó un cigarrillo tranquilamente antes de salir de casa. Mientras andaba por la calle, cogió su móvil con la intención de abrir su Twitter para ver las últimas, de las primeras noticias del día. Le llevó bastante tiempo encontrar la aplicación, el pájaro característico había desaparecido, una nueva cagada de actualización, pensó.

Bajó las escaleras del metro, un minuto para la llegada del próximo tren. No corrió, él era de la teoría de que si ya llegas tarde, no merece la pena correr para adelantar unos minutos más, era ridículo. Aún así, consiguió alcanzar ese tren. Entraba en el “submicroclima” de un vagón cualquiera del Metro de Madrid. Allí habitaban, a intervalos, los que él denominaba cabezas bajas. Una curiosa raza que había proliferado en la capital durante los últimos años principalmente motivada por la mierda de vida que llevaban sus habitantes, o simplemente por el enfermiza aplicación de Instagram.

Cuando por fin salió a la calle inspiró hondamente buscando aire fresco en su cigarrillo, el cual, le serviría como acompañante hasta su trabajo.

Nada más poner un pie en la oficina el ambiente le resultó enrarecido. La recepcionista y el conserje hablaban menos animosamente que de costumbre. Paula, Xavi y Alberto formaban otro corrillo de charla al que se le unía seguidamente Gema, la nueva becaria. Al fondo, a través de las rejillas de la persiana, vislumbró como en el despacho de dirección el jefe hablaba con cara de preocupación con dos de los jefes comerciales de la empresa. En cuanto este primero vio entrar a Peter por la puerta le hizo un gesto en el que le ordenaba entrar.

Sus compañeros dejaron de conversar por un momento y se giraron para mirar a Peter. Diez segundos hasta la puerta que se le hicieron espantosamente largos y pesados, como cuando en un sueño tus piernas te impiden caminar. Cierra la puerta, le instó el señor Ruinz, su jefe.

Bueno, supongo que ya te habrá enterado de lo que pasa. Peter extrañado negó con la cabeza. Mira. le dijo el jefe señalando hacia una pared vacía en la que solo se veía el nombre de la empresa. El loro del logotipo había desaparecido, ¡y por si solamente fuera esto! continuó su jefe al tiempo que giraba la pantalla de su ordenador de mesa donde le mostraba la web en la que el animal también había desaparecido. Estamos ante una crisis, una crisis mundial porque todas las empresas del mundo con logotipos de animales se han levantado del mismo modo. 

Peter recordó de repente el pájaro del Twitter que también se había volatilizado esa mañana en su aplicación móvil. Todos los animales habían desaparecido, ya fueran toros, leones, conejos, ranas o dinosaurios, que para el caso ya estaban extinguidos. ¡Todos, todos se han esfumado de la noche a la mañana! volvió a recalcar el señor Ruinz con cara de no pocos, sino de ningún amigo. Es como si una organización de esas de mierda como Greenpeace o la loca esa con el pelo blanco robamonos los hubieran secuestrado, liberado, o lo que sea.

Esto parece de coña, interrumpió por primera vez Kike, ¡Es que parece increíble! si hasta el cocodrilo de mi polo se ha ido corriendo. ¡Mira! No veas tú la que le he liado esta mañana a mi madre por el teléfono.

Peter cerró con fuerza sus ojos. Esta situación no podía ser verdad, debía de ser un sueño. Volvió de nuevo a abrir los ojos tres segundos después y las caras de incredulidad de Juan, Kike y su jefe seguían siendo las mismas. De repente, la secretaria de dirección entró rápidamente y mostró su móvil.

Hay nuevas noticias. El secuestro de animales corporativos había sido reivindicado por el que se hacía llamar El Flautista de Pikolin. Por lo visto, ha mandado un comunicado a un portal satírico español llamado El Mundo Today. Una web especializada en publicar noticias ficticias de actualidad, solo que en ésta ocasión aunque la noticia parece inverosímil, era completamente real.

En el comunicado el supuesto flautista aboga por la liberación de estos animales debido a la situación de explotación que estaban sufriendo por parte de las empresas, esto es los que dice, dispuso la secretaria:

Comunicado oficial del flautista de Pikolin

“Los animales tienen que estar en su medio ambiente original, no pueden ser cambiados de color, no se le pueden rapar el pelo, redondear sus formas, son seres vivos y como tales no pueden ser encerrados en bits ni ser usados para su comercialización.

Los pájaros deben volar, no cotillear. Los perros no fueron creados por la naturaleza para husmear las mejores ofertas de seguros. A los conejos no se les tendría que relacionar con “putillas” a las que se les encierran en casas con viejos millonarios salidos. ¡Es denigrante!

Algunos de estos animales se llegan a desquiciar. En más de una ocasión el toro de Red Bull se ha lanzado por un precipicio porque creía que podía volar. Otros de los grandes perjudicados son los toros de Osborne, todos han ingresado en mi refugio con quemaduras de tercer grado y con varias mutilaciones de sus partes íntimas por estar tanto tiempo al sol.

Estos animales necesitan ayuda. Por suerte, yo he descubierto la manera de devolverlos a su estado original. Permanecerán en mi refugio hasta que estén totalmente recuperados de sus daños físicos y anímicos. Después podrán ser libres para elegir el lugar en el mundo en el que quieran vivir.

Seguramente más de uno pensará que estoy loco. Para ellos van dirigidas estas imágenes en las que se muestran las primeras horas de algunos de estos animales en mi albergue y en las que se observa una pequeña mejoría en sus comportamientos gracias al contacto con otros de su especie”

Logos en su retiro espiritual

Tras la lectura del comunicado, todos se miraron incrédulos. Pero fue Peter, hasta ahora completamente en shock, quien por primera vez tomó la iniciativa.

Venga chicos hay que pasar rápidamente a la acción, pequeñas, medianas y grandes empresas debemos aunar fuerzas y pensar en ideas para tratar de volver a la normalidad sin que repercuta de forma negativa en ninguna de nuestras corporaciones.

¿Se ha creado algún tipo de plataforma para los afectados? Lanzó al aire Peter.

Sí. contestó Kike. Aquí hay un link, pero es que está en inglés…Peter suspiró mientras se mordía el labio inferior. A ver Kike, ¿no hay ninguna “banderita” de España por ahí? Venga busca, busca. Aquí arriba, España. Exclamó Kike.

Buenomuy bien, dime el teléfono y llamo. Marcó el teléfono, dos tonosy seguidamente una grabación “Plataforma de afectados por el Flautista de Pikolin, si eres uno de los afectados por favor manténganse a la espera, nuestras líneas se encuentran en este instante ocupadas”

Transcripción llamada telefónica

Tras 5 minutos de música, vuelve a sonar tono.

Plataforma de afectados por el Flautista de Pikolin, mi nombre es Sara, ¿en qué puedo ayudarle?

Hola mi nombre es Peter Iniesta, soy responsable de comunicación de Kelis. Sucede que en nuestra empresa también ha desaparecido nuestro animal característico del logo.

Muy buenas tardes, Peter, estamos trabajando a contrarreloj para resolver este infortunio lo más rápido posible. En primer lugar debo realizarle dos preguntas de rigor.

Muy bien, sin ningún problema.

¿Se trata de un animal vertebrado 1 o invertebrado 2? Número y respuesta, por favor.

Umm 1. Vertebrado

Dado que ha contestado vertebrado, se trataría de un mamífero 1, pájaro 2, pez 3, reptil 4, anfibio 5. Número y respuesta, por favor.

2. Pájaro

¿Sabe usted si dicho animal es herbívoro 1, carnívoro 2 u omnívoro 3?

A ver no estoy seguro, ya que no era yo el encargado de darle de comer cada mañana, Bromeó Peter. Pero es un loro, supongo que será ¿1. herbívoro?, no lo sé la verdad. De todas formas no entiendo qué relevancia tiene el hecho de que sea un pájaro un pingüino o un ornitorrinco.

La tiene señor Iniesta, la tiene. Este tipo de cuestiones son fundamentales de cara a las investigaciones que estamos llevando a cabo. Si tiene algún problema por favor puede llamar a nuestro número de quejas y sugerencias, el cual puedo facilitarle ahora mismo, o formalizar la denuncia por escrito y mandarla una dirección de e-mail habilitada para ello.

No, no, simplemente me resultaba extraño. ¿saben ya quién se encuentra tras el secuestro de nuestros animales?

No puedo facilitarle tal información, tan pronto como nos sea posible nos pondremos en contacto con usted, por favor déjenos su nombre y teléfono tras el pitido que oirá a continuación. Un saludo y buenas tardes.

Un tiempo después…

Peter se quedó estupefacto después de la “no conversación” A medida que pasaban los minutos, la idea de que todo formaba parte de un sueño o de que podría tratarse de una broma pesada muy bien orquestada cada vez le parecía menos descabellada. Buscó en internet para salir de dudas. Todas las noticias del día apuntaban al mismo tema. Diferentes periódicos informaban sobre la publicación de una edición especial sobre el caso del Flautista de Pikolin. Memes por doquier, parodias, teorías, conspiraciones, Iker Jiménez, plataformas de apoyo al Flautista, manifestaciones convocadas en Sol frente al Oso y el madroño, animal que se había convertido en protagonista de la nueva revolución… Por tanto, quedaba descartada la broma o cámara oculta. Y lo del sueño, bueno, pues tampoco, ya se había pellizcado el brazo izquierdo unas cuantas veces y era evidente que no era un sueño.

Miró a su alrededor ¿Pero dónde se había metido todo el mundo? Nadie a la vista, salvo el conserje y la secretaría en la seudo-cocina tomándose un café. Necesito bajar a la calle, fumarme un cigarro y pensar. Bajó por las escaleras apresuradamente, esperar el ascensor se le hacía eterno.

Se sentó en una mesa alejada de los demás con los que compartía la terraza. Pidió un café y el periódico del día, le echó un vistazo, observó que aun no aparecía ninguna noticia relacionada con el flautista, lo enrolló y lo dejó encima de la mesa.“El flautista, el flautista” repitió para sus adentros. Pero ¿por qué se habrá llamado así? Pensó. Está claro que es una clara alusión al cuento de El Flautista de Hamelín que se llevaba a los niños de un pueblo porque este no le había pagado lo acordado tras desratizarle el lugar.

¿Cómo lo conseguía? Pues con una flauta, con canciones, con música. ¡Eso es! La clave estaba en la música, ¿sonidos característicos de cada uno de los animales? ¿jingles publicitarios de cada una de las marcas? Ahí podía estar la solución. Terminó su café, le hizo un gesto al camarero y dejó tres euros sobre la mesa, esto es Madrid.

Tras cruzar la puerta de la oficina, miró a su alrededor, sus compañeros seguían desaparecidos en combate. Seguidamente tomó el teléfono y marcó el número de atención para afectados por el flautista, misma grabación misma espera. En esta ocasión, pidió directamente el teléfono de quejas y sugerencias. Marcó y en primer lugar habló con un empleado raso que le pasó a un responsable ante su insistencia. Le explicó su idea a éste y la argumentó para sustentarla. El hombre, muy interesado, le pidió que se acercara a la oficina central que se había habilitado en el centro de Madrid, por suerte estaba a sólo dos minutos de su trabajo. Peter cogió su móvil y llamó a su jefe para explicarle la situación, pero su teléfono estaba apagado, ya lo intentaría más tarde.

Peter tomó su camino y llegó hasta el edificio donde le habían indicado. Dudó por unos segundos entrar, nunca se había enfrentado a una situación similar, pero tampoco lo había hecho antes nadie, pensó. Llegó hasta la recepción, preguntó por la persona con la que había hablado por teléfono y el recepcionista le instó a que esperara sentado en una pequeña sala vacía. Dos minutos transcurrirían hasta que un señor con un traje, que se adivinaba muy caro, se presentó ante él. Peter se levantó y le estrechó la mano con fuerza.


Entraron en un ascensor y subieron hasta la planta 25, allí se dirigieron por un elegante pasillo hasta llegar a una puerta que solo se abría cuando el señor desconocido metía una tarjeta y una clave de seis o siete dígitos. Una vez abierta la puerta el señor le invitó a pasar primero. El despacho era espectacular del mismo modo que sus vistas. Parecía uno de esos despachos que salen en las películas americanas y que pertenecen a un joven guapo y talentoso cuya novia es la hija del presidente de la compañía. 


En primer lugar, el señor, que en ningún caso había dicho su nombre, le habló sobre parte de las investigaciones que se habían desarrollado hasta el momento. Habían contactado con la marca de colchones Pikolin por si pudieran tener alguna idea de por qué el flautista habría adoptado tal nombre. Preguntaron si habían tenido algún empleado descontento en los últimos años, alguien que vistiera con ropas hippies o desteñidas por la lejía, que fumara porros o algún ex-profesor de plástica activista… Como era de esperar a ellos “Plim”, ningún dato concluyente. 


Llegado el momento, el señor desconocido le pidió a Peter que le volviera a repetir su idea de usar la música para conseguir atraer a los animales de logos. El hombre lo escuchó atentamente, y seguidamente le tendió una hoja, una especie de contrato de confidencialidad, que Peter no tuvo más remedio que firmar.

Eran las 7:32 am y Peter se levantaba finalmente de la cama tras apagar por enésima vez el despertador del móvil, programado en periodos de veintidós minutos desde las 6:32 am. Bajó las escaleras de su habitación, se duchó, vistió, desayunó media tostada, un café y se fumó un cigarrillo tranquilamente antes de salir de casa. Mientras andaba por la calle, abrió su Twitter para ver las últimas noticias, el paro había vuelto a subir.

Y aquí la historia de Peter y la desaparición de los logos.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: